Jenni Alvarado parte de objetos escultóricos para crear después pinturas. Estimulando la creación a través de la experimentación, suele complementar estas piezas escultóricas con formas de objetos cotidianos hasta que su función práctica se desvanece y da paso a objetos artísticos. Éstos sirven de vestuario para una serie de máscaras, sombreros o retratos. Hay algo folclórico en las esculturas y figuras. Por eso al artista le gusta pensar en ellas como arquetipos, que representan el vínculo entre personajes de distintas culturas, incluida la nuestra.

Jenni Alvarado

Jenni Alvarado (Durango, 1981) reside actualmente en Araba y es licenciada en Bellas Artes por la Universidad del País Vasco (EHU). Desde entonces, sus proyectos se han desarrollado principalmente en torno a la pintura y los medios audiovisuales, generando un diálogo entre ambos lenguajes. En su experiencia de los procedimientos plásticos y visuales, existe una asociación de ideas entre lo artístico y lo onírico. Su planteamiento artístico responde a una investigación visual y pictórica en cuanto a la relación con los objetos que nos rodean. Esta investigación plantea una serie de cuestiones sobre el objeto, el espacio y el tiempo, ya que en su práctica artística el espacio puede llegar a formar parte del propio objeto, mientras que el tiempo se convierte en una cualidad para la percepción del proceso creativo, cosificándose a su vez con el objeto artístico. Se basa en una retroalimentación entre diversos elementos de la expresión plástica y visual, generando una relación entre la construcción del objeto escultórico, la utilización de este objeto en el medio audiovisual, dotándolo de un cierto simbolismo inherente a los propios materiales, colores y formas; y la representación pictórica de algunos de estos fotogramas congelados, convirtiendo la imagen en un bodegón, y liberando el contenido simbólico de sí mismo, transformándolo en pura materia.