El Museo de Arte e Historia de Durango inaugura el próximo 6 de junio una exposición inédita dedicada a uno de los artistas más discretos pero esenciales del panorama cultural de Durango: Ignacio Andreu Uriarte. Bajo el título "Bizitza baten isileko lana. La obra silenciosa de una vida", la muestra ofrece un recorrido exhaustivo por más de 100 obras del autor, prácticamente la totalidad de ellas nunca antes expuestas.

La exposición supone una retrospectiva sin precedentes de la obra de Andreu Uriarte, artista autodidacta cuya producción ha transcurrido al margen de los circuitos oficiales. A pesar de ello, su trabajo abarca más de seis décadas y destaca tanto por su calidad técnica como por su vinculación con la historia cultural y social de Durango.

La muestra se organiza en dos grandes bloques:

• Andreu y la historia cultural de Durango, con carteles, folletos e ilustraciones para libros que documentan su implicación en el ámbito teatral, festivo y editorial de la villa desde los años 60.
• La obra artística de Andreu, donde se exhiben estampas, pinturas impresionistas, ceras y piezas de arte digital que revelan una constante experimentación formal y un personal universo estético.

Además, se presentará una pieza clave del artista: Rojo y Negro (1966), procedente del Museo de Navarra, con la que participó en el emblemático Grupo Emen de la Escuela Vasca, convirtiéndose en uno de los primeros artistas vizcaínos en apostar por el arte abstracto en plena dictadura franquista.

Como parte de la programación paralela, el 18 de junio a las 18:30 se celebrará una conferencia a cargo del comisario de la exposición, David Fuente, investigador especialista en la historia del arte vasco del siglo XX y conocedor profundo del Grupo Emen.

Asimismo, el museo organizará visitas guiadas a lo largo de toda la muestra, con el objetivo de acercar al público general una obra que ha permanecido, hasta ahora, en un discreto segundo plano.

Esta exposición no solo recupera una figura fundamental para entender el desarrollo artístico local, sino que también ofrece una reflexión sobre las trayectorias silenciadas y la necesidad de revisitar los márgenes de la historia del arte.