—Este año 2025 es el año del milenio de la primera aparición conocida de la palabra "Gipuzkoa" en un documento escrito asociado al monasterio de Salbatore de Altzo.

Esto para mí ha sido lo suficientemente poderoso como para reflexionar sobre nuestras raíces. Y he realizado un viaje a través del tiempo.

Esta exposición que traigo a Okendo es un tributo a Gipuzkoa, por medio de un diálogo entre el mundo ancestral y la actualidad. Un puente entre el pasado y el presente.

En mi proceso creativo empecé buscando esas voces que dieron la identidad de Gipuzkoa. En este camino de investigación de nuestras tradiciones, el bertsolarismo y la espiritualidad ancestral, al azar encontré una joya de la literatura vasca, la poesía medieval conocida como "Milia de Lastur".

Este poema es un antiguo lamento, narra la terrible muerte de una joven guipuzcoana del siglo XV que me conmovió profundamente.

En esta "Heresia", que es como son conocidas estas poesías orales medievales, cantada por la hermana de Milia, se aprecia la crítica social pero sobre todo yo sentí la fuerza de esa voz femenina que se convirtió inmediatamente en mi inspiración.

Fue esa emoción al descubrir este antiguo poema la que me motivó a crear una historia propia, un cuento basado en la historia de una niña del siglo XI que busca su lugar en el mundo que conoce.

Mi cuento, "Mila", se convierte así en el protagonista y piedra angular de esta exposición.

La colección de obra que presento en Okendo es la materialización de todo esto.

Cinco grandes murales sobre lienzo con cinco esculturas de material reciclado y quince cuadros pequeños componen un homenaje directo a Gipuzkoa, a la memoria de nuestros antepasados y a esa espiritualidad que nos conecta con ellos.

De algún modo se pueden ver los ecos de este lamento de Milia, su fuerza y su viaje espiritual y el respeto por nuestros ancestros que nos han legado nuestra tierra y nuestra identidad.

Entrelazando estas disciplinas en un solo relato y a través, de la pintura, la escultura y la literatura quiero evocar el misterio, el dolor pero también la esperanza y la conexión con nuestras raíces. Invito al público a un viaje de introspección y a reflexionar sobre la memoria de Gipuzkoa. —

— Elena Arrese