En Palais (2020) Alex Reynolds (Bilbao, 1978) realiza un recorrido por un edificio decimonónico, el Palacio de Justicia de Bruselas inaugurado en 1883 durante el reinado de Leopoldo II. Fue el proyecto arquitectónico más colosal de su tiempo en Europa. Con 26000 m² su cúpula sobresale en el extenso paisaje urbano de Bruselas. Un símbolo de poder estatal, del orden y la ley; también de la burocracia, el peso y el control institucionales. En su construcción se demolió un barrio entero, el de los Marolles, desplazando a miles de personas de sus viviendas.

Reynolds se adentra en este gigantesco cuerpo sujetando su cámara a modo de interrogación para adentrarse en sus pasillos, ascensores y despachos, registrando los sonidos que emergen de estos: un goteo, un eco, la respiración, el roce de sus propios pasos. En su enormidad el Palacio deja de ser un espacio objetivo para convertirse en un organismo vivo, que huele, se agrieta, la digiere, la observa.

Reynolds convierte esta incursión clandestina en una experiencia corporal, en un diálogo sin palabras entre el cuerpo y aquello que se activa recorriéndolo. A través del espacio, la escala va mutando. De esta forma, la propia arquitectura la convierte ocasionalmente en un ser diminuto y, en otras, la hace crecer hasta rozar el techo. En un texto performativo de 2017 que la autora sitúa en los inicios del proyecto, se recoge esta deriva: "…soy diminuto", "…soy torpe", "…soy muy alto". El edificio y la artista se relacionan en un proceso recíproco de transgresión, precaución y sospechas.

Palais constituye un gesto poético y un gesto político a la vez: la artista introduce una grieta en ese espacio de poder, la del cuerpo que escucha, que observa, que se abre con determinación a desvelar la opacidad que revela.