"En nuestros cientos de idas y venidas por la ciudad pasamos indiferentes al lado de muchas plantas. Jardines urbanos, arbustos, hierbas y pequeños brotes verdes que se abren camino entre las grietas del pavimento, entre los muros, en los alcorques.

Todas esas plantas nos resultan irrelevantes. Invisibles.

Pero sólo habría que pararse un poco para mirar y así poder verlas. Tan sencillo, o tan difícil, como eso.

Desde esa mirada pausada, abrazando la lentitud del propio crecimiento de las plantas, ha ido germinando este jardín de grafito con vocación de llamar la atención sobre la vegetación que nos rodea.

Un jardín gris imposible, que nos envuelve como si hubiéramos perdido la capacidad de percibir el color verde. Un jardín construido a partir de una mezcla arbitraria de pedazos de naturaleza encontrada en el entorno urbano en un intento de atrapar su belleza.

Necesitamos amar, escuchar, sentir y aprender de las plantas. Ser conscientes de la CEGUERA VERDE."

— Virginia Santos Itoiz